Inteligencia y seguridad nacional - Part 2

Traté la semana pasada de explicar la crisis global de inteligencia y los factores que -además de otros probablemente desconocidos hasta ahora, al menos para muchos de nosotros- la han producido. La imprescindible reingeniería de los organismos de inteligencia, según la opinión y la experiencia de los expertos -los he consultado en los ámbitos tanto gubernamentales como privados-, deberá atenerse a los siguientes axiomas:

a. La inteligencia es una sola, integrada, y abarca un sinnúmero de factores.

b. Es multifacética. No hay varias inteligencias: la interior, la exterior, la militar, la económica; todas son facetas de la misma, la primigenia. El nudo toral de la cuestión está en quién la necesita (el consumidor) y su capacidad para reprimirla, cuando vulnere o atente contra los valores o intereses del país. Se requiere, desde luego, una clara definición de quiénes son los actores (organismos que tienen competencia y jurisdicción primaria sobre la inteligencia obtenida). Qué para quién.

c. La inteligencia es el resultado del procesamiento de informaciones procedentes tanto del ámbito oficial como del privado; del interior, como del exterior.

d. Los medios de comunicación -tradicionales y de reciente aparición y evolución, particularmente la internet-, constituyen una de las mejores fuentes de información, por su potencial calidad y por la posibilidad de obtenerla en tiempo real. Un informe de inteligencia entregado un minuto después del atentado del 11 de septiembre de 2001, de nada hubiese servido.

e. Las agencias de inteligencia del futuro deberán ser organismos integrados por analistas con dedicación exclusiva, o conforme a requerimientos circunstanciales en el caso de temas muy específicos. Asimismo deberán poseer gran flexibilidad orgánica, para adaptarse a nuevos objetivos y necesidades y desligarse de los que pierdan valor o interés.

f. Seguramente habrá que constituir pequeñas células orgánicas de recolección de información, para alimentar al gran procesador, que a su vez, nutre a la inteligencia específica que cada consumidor requiere.

g. En el campo de la inteligencia y la contrainteligencia, será preciso aplicar mucha creatividad e imaginación en la búsqueda de soluciones. Durante la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, Estados Unidos utilizó a la mafia italiana, tanto para desestabilizar al régimen fascista, como para obtener información sobre las tropas alemanas en el sur de Italia.

En fechas más recientes, Washington pretendió utilizar a un fundamentalista religioso, un joven multimillonario de origen saudiárabe llamado Osama bin Laden, para golpear a los soviéticos en Afganistán. Lo demás, es historia.

Quedaría inconcluso este sucinto repaso, si omitiese la enumeración de cuáles, a decir de los expertos consultados, deberían ser los elementos esenciales de información (EEI) de un programa nacional de inteligencia debidamente planeado y enfocado, que a través del ciclo correspondiente, produzca en tiempo oportuno y con calidad, el conocimiento que permita la mejor conducción política en el ámbito de la seguridad nacional, tanto hacia el interior como hacia el exterior:

- Intereses extranjeros en el control de los recursos naturales.

- Integración regional y mundial.

- El crimen organizado en todas sus modalidades.

- Detección de patologías humanas, animales y vegetales procedentes del exterior.

- Políticas económicas, financieras, comerciales e industriales, que impacten negativamente a las nacionales.

- Situación de los estados fallidos en la región.

- Evolución de los sectores socialmente marginados en la región y su influencia en los propios.

- Movimientos étnicos, o de reivindicaciones de otra índole, que puedan afectar la seguridad interna o la soberanía nacional.

- Detección temprana y vigilancia de fenómenos geológicos y meteorológicos que puedan afectar el territorio nacional, o que impliquen el envío de ayuda humanitaria a países de la región.
2010-10-20 05:00:00

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